La Residencia Santa María del Monte Carmelo se concibe desde sus inicios con una clara vocación de servicio a las personas ancianas, a sus familiares y cuidadores. Nuestra filosofía empresarial se fundamenta en los principios del humanismo cristiano, definido, en palabras de san Juan Pablo II, como “solicitud por el hombre”, por lo que no solo se trata de cuidar a la persona mayor, sino de atenderla integralmente en todas las facetas del ser humano, incluyendo a su entorno familiar. Nuestra concepción de empresa se basa, entre otras cosas, en este humanismo cristiano en profundidad, entendido como confianza en la persona concreta y en su tendencia trascendental, en su razón y en su capacidad para cultivar todos los aspectos de la sabiduría.
Son ya más de 35 años de historia proporcionando cuidados personalizados y de calidad a un sector vulnerable, y aportando riqueza a la sociedad gracias a los puestos de trabajo que la empresa mantiene.
La Residencia Santa María del Monte Carmelo se esfuerza constantemente para ofrecer un servicio excelente, integral y sostenible en el tiempo. El continuo esfuerzo innovador en la prestación de nuestros servicios se convierte en otra necesidad que parte de la esencia de nuestra razón de ser y existir, como es el respeto por todas las legislaciones, normativas vigentes, reglamentaciones y compromisos adquiridos, con nosotros mismos y con la sociedad en general.
Entendemos también nuestra Residencia como una prolongación del hogar, donde la persona anciana pueda seguir desarrollando con normalidad sus actividades diarias, aun cuando existan grandes niveles de dependencia, proporcionando un ambiente confortable y cálido, de respeto a la autonomía moral, y teniendo presente el concepto de dignidad humana, intrínseco a todas las personas de nuestra organización.
El modelo de excelencia que proyectamos para nuestro futuro puede ser concebido desde dos perspectivas:
Es evidente que una búsqueda de la excelencia fundamentada únicamente en la ausencia de errores sería plantear una quimera, más que un objetivo para nuestro centro. Por eso, consideramos que con la segunda perspectiva, es decir, que cada persona sea la mejor versión de sí misma, lograremos que la Residencia también sea la mejor versión de sí misma. Una implicación personal y profesional por parte de todos los trabajadores y una necesidad de mejorar individualmente, se aproximará a reducir al máximo las posibles desviaciones de nuestro camino, cuyo fin último es siempre la excelencia.
Para la Residencia Santa María del Monte Carmelo, los trabajadores son el nexo de unión entre los objetivos generales del Centro y nuestros residentes y familiares, por lo que la política de excelencia en el tratamiento del residente pasa necesariamente por el cuidado y la formación continua de nuestros trabajadores, tanto en los aspectos técnicos como en los humanos, conformando esta educación como herramienta clave para el desarrollo institucional y personal.
Por todo lo expuesto, cuidar a nuestros trabajadores es otro de los objetivos principales de nuestra empresa, entendiendo este cuidado, como la mejor inversión de futuro.
P. Joaquín Vicente, O. Carm.